Todo el mundo quiere aparecer en la primera página de Google porque con ello las posibilidades de que un usuario acceda al sitio web se disparan. En cambio, aparecer en segunda, tercera o cuarta página reduce drásticamente la llegada de tráfico orgánico, es decir, de los visitantes que acceden desde un buscador.
Dos cifras a este respecto realmente contundentes: más de un 30% de los clics van al primer resultado orgánico de Google, mientras que el 95% de los usuarios nunca pasan de la primera página de resultados.
Si un negocio desea ser visible para sus clientes en el entorno online necesita aparecer en los puestos más altos del ranking de los motores de búsqueda. Este es el principal motivo por el cual el SEO se ha convertido en un ingrediente básico para el éxito de cualquier empresa en Internet.
La visibilidad es lo que persiguen las empresas que invierten en SEO. No obstante, esta no es la única ventaja del posicionamiento orgánico, sino que conlleva otra serie de beneficios como la credibilidad.
Cuando Google valora que el sitio web de una empresa es relevante y digno de aparecer entre los primeros resultados, en la mente del consumidor se refleja la idea de que ese negocio es de fiar. De esta manera, los usuarios están más predispuesto a depositar su confianza, y con ella su dinero, en una empresa que está posicionada en Google.
Por otro lado, el SEO es una de las herramientas de Inbound Marketing con mejor ROI. El SEO atrae visitas y no irrumpe en la vida del consumidor a través de un anuncio, por ejemplo. De esta forma, cuando el usuario tiene un problema acude a Google para resolverlo y si la empresa ha hecho un buen trabajo SEO, aparecerá entre las primeras posiciones como posible solución para el cliente. La gran diferencia respecto a otras técnicas es que el SEO genera visitantes de forma orgánica sin necesidad de invertir en publicidad.
Hay que tener en cuenta que el SEO es una inversión rentable a medio y largo plazo. Aunque es posible ver resultados de forma rápida en función del nicho de negocio, el plazo medio para que un sitio web posicione está en torno a los 6 meses.
Ahora bien, el SEO no es la panacea de las empresas que pelean en el entorno digital. Es un mecanismo más para hacerse visibles, pero de nada sirve atraer visitantes si un sitio web no es capaz de generar conversiones y aquí es donde entran en juego otras estrategias como el diseño web o el copywriting.
En definitiva, los negocios que comprendan la importancia del SEO y apuesten por él son los que marcarán la diferencia y se situarán por encima de su competencia.